miércoles, 16 de octubre de 2013

vanguardiandola.cam


EL VANGUARDISMO!!


EN LA SIGUIENTE PAGINA ENCONTRARAS TODA INFORMACIÓN SOBRE EL VANGUARDISMO SUS PRINCIPIOS Y SUS BASES EN TODO EL MUNDO.....


CONTEXTO HISTÓRICO




Desde el punto de vista histórico, el primer tercio del siglo XX se caracterizó por grandes tensiones y enfrentamientos entre las potencias europeas. Por su parte, la Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918 y la Revolución Rusa en octubre de 1917 fomentaron las esperanzas en un régimen económico diferente para el proletario.




Tras los felices años 1920, época de desarrollo y prosperidad económica conocida como los "años locos", vendrá el gran desastre de la bolsa de Wall Street (1929) y volverá una época de recesión y conflictos que, unidos a las difíciles condiciones impuestas a los vencidos de la Gran Guerra, provocarán la gestación de los sistemas totalitarios (fascismo y nazismo) que conducirán a la Segunda Guerra Mundial.




Desde el punto de vista cultural, es una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y tecnológico (la aparición del automóvil y del avión, el cinematógrafo, el gramófono, etc.). El principal valor será, pues, el de la modernidad, o sustitución de lo viejo y caduco por lo nuevo y original.



Por su parte, en el ámbito literario era precisa una profunda renovación. De esta voluntad de ruptura con lo anterior, de lucha contra elsentimentalismo, de la exaltación del inconsciente, de lo racional, de la libertad, de la pasión y del individualismo nacerán las vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.

Muchos artistas de este período participaron en la Primera Guerra Mundial. Europa vivía, al momento de surgir las vanguardias artísticas, una profunda crisis. Crisis que desencadenó en la Primera Guerra Mundial y entonces, en la evidencia de los límites del sistemacapitalista. Si bien «hasta 1914 los socialistas son los únicos que hablan del hundimiento del capitalismo», como señala Arnold Hauser, también otros sectores habían percibido desde antes los límites de un modelo de vida que privilegiaba el dinero, la producción y los valores de cambio frente al hombre.

Resultado de esto fue la pobreza intelectual, el encasillamiento artístico contra los que reaccionaron, ya en 1905, Pablo Picasso y Georges Braque con sus exposiciones cubistas, y el futurismo que, en1909, deslumbrado por los avances de la modernidad científica y tecnológica, lanza su primer manifiesto de apuesta al futuro y rechazo a todo lo anterior.
Así se dan los primeros pasos de la vanguardia, aunque el momento de explosión definitiva coincide, lógicamente, con la Primera Guerra Mundial, con la conciencia del absurdo sacrificio que significaba, y con la promesa de una vida diferente alentada por el triunfo de la revolución socialista en Rusia.
Corrían los días de 1916 cuando en Zúrich (territorio neutral durante la guerra), Tristan Tzara un poeta y filósofo rumano, prófugo de susobligaciones militares, decidió fundar elCabaret Voltaire. Esta acta de fundación del dadaísmo, explosiónnihilista que proponía el rechazo total:
"El sistema DD os hará libres, romped todo. Sois los amos de todo lo que rompáis. Las leyes, las morales, las estéticas se han hecho para que respetéis las cosas frágiles. Lo que es frágil está destinado a ser roto. Probad vuestra fuerza una sola vez: os desafío a que después no continuéis. Lo que no rompáis os romperá, será vuestro amo".
Ese deseo de destrucción de todo lo establecido llevó a los dadaístas, para ser coherentes, a rechazarse a sí mismos: la propia destrucción.

El poeta Arthur Rimbaud es reconocido como un padre intelectual por muchos autores vanguardistas.
Algunos de los partidarios de Dadá, encabezados por André Breton, pensaron que las circunstancias exigían no sólo la anarquía y la destrucción sino también la propuesta; es así que se apartan de Tzara (lo que dio punto final al movimiento dadaista) e inician la aventurasurrealista.

Surge así el surrealismo al servicio de la revolución que pretendía recuperar aquello del hombre que la sociedad, sus condicionamientos y represiones le habían hecho ocultar: su más pura esencia, su Yo básico y auténtico.
A través de la recuperación del inconsciente, de los sueños (son los días de Sigmund Freud y los orígenes del psicoanálisis), de dejarle libre el paso a las pasiones y deseos, de la escritura automática (que más tarde cuestionaron como técnica), del humor negro, intentan marchar hacia una sociedad nueva en donde el hombre pueda vivir en plenitud (la utopía surrealista).
En este pleno ejercicio de la libertad que significó la actitud surrealista, tres palabras se unen en un sólo significado amor, poesía y libertad.





Movimientos de Vanguardia en Latinoamérica



En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica.

El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano.

De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de polémica inserción en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural.

Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914, esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas.

Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica.

Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX.

El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.





MOVIMIENTOS

El Surrealismo


Movimiento literario y artístico, definido en 1924 por André Bretón, que preconizaba renovación de todos los valores culturales, morales y científicos por medio del automatismo psíquico.


Antecedente primordial del Surrealismo fue el movimiento dadaísta fundado en Zurch en 1916. Bretón efectuó la primera formulación definidora del movimiento en su manifiesto Surrealista (1924) , que describió el surrealismo como “automatismo psíquico mediante el cual se propone expresar, sea verbalmente, o por escrito de otro modo, el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón y al margen de toda preocupación estética o moral”. Entre los autores que Bretón citaba como contribuyentes o precursores de su pensamiento figuran Freud, Lewis, Hugo etc., aunque si bien algunos serían rechazados posteriormente, los surrealistas conservaron siempre especial aprecio por los románticos franceses y anglosajones y por los “poetas malditos”. En el mismo año se fundó el Bureau de recherches surrealistes y la revista La revolutión surrealiste dirigida por P.Naville y B. Péret, que inició una encuesta sobre el suicidio. La producción surrealista se caracterizó por una vocación libertaria sin límites y por una exaltación de la imaginación, de los procesos oníricos, del humor corrosivo y de la pasión erótica (amour fou), utilizada como provocación o armas de lucha contra la tradición cultural burguesa y contra todas las formas represivas del orden moral establecido. Pero las ideas surrealistas no se expresaron únicamente a través de técnicas literarias, como la “escritura automática” más o menos rigurosa o de provocaciones pictóricas, sino como ruidosas tomas de posición pública, como la publicación en 1924 de un cadáver con motivo de la muerte de Anatole France y, en 1925, de cartas abiertas a P. Claudel, al Papa y al Dalai-Lama petición de apertura de prisiones y licenciamiento del ejército y declaración contra la guerra del Rif, que produjo sus primeros contactos con los comunistas y les descubrió las figuras de Marx, Lennin y Trotski. A partir de este momento se iniciaron las querellas y cismas en el movimiento, escindido entre quienes veían en la militancia comunista la postura ética coherente con sus aspiraciones revolucionarias y quienes creían que sólo la creación artística era incumbencia de los postulados surrealistas.

En 1929 Bretón publicó su segundo manifiesto surrealista, que definió como una “llamada a los principios”.El mismo año apareció el nuevo órgano del movimiento, llamado El Surrealismo al servicio de la revolución, y Aragón tras su viaje a la Urss, Eluard, Péret y el propio Bretón ingresaron el Partido Comunista. En 1931 organizaron un ataque contra la Exposición colonial, pero a fines del 1933 Bretón, Eluar y R. Crebel fueron expulsados del partido. La admisión en el grupo surrealista de nuevos miembros a partir de 1930 permitió mantener la vitalidad del movimiento si bien el difícil equilibrio entre independencia revolucionaria y compromiso político condujo a disputas y exclusiones, como la de Dalí por su conversación fascista y la de Eluard.

En 1935 publicó Bretón la posición política del surrealismo, que defendía la independencia del artista y en 1938, firmó en México con Trostki y Diego Ribera el manifiesto por un arte revolucionario independiente, que proponía la creación de una “Fédération Internationale de l´art revolutionnaire indépendant”.

En 1938 se celebró en París una Exposición surrealista internacional, pero el estallido de la guerra paralizó toda actividad surrealista en Europa, marchando Bretón a EUA, en donde publicó “Prolégomènes à troisième manifeste du surréalisme ou non” (Nueva York 1942). Regresó a París en 1946, pero el movimiento estaba ya definitivamente deteriorado a pesar de lo cual las premisas libertadoras y subversivas del surrealismo se han incorporado a la tradición cultural occidental y han seguido manifestándose de algún modo en todos los campos de la creación artística, a veces con intención lírica ajena a la moral revolucionaria del movimiento: poesía, pintura, escultura, teatro, cine, fotografía, danza e incluso en publicidad. En España, la generación del 27 fue sensible a la influencia del surrealismo, que también inspiró la revista catalana “L´amic de les arts”, si bien pocos artistas llegaron a adoptar posturas surrealistas oficiales radicales, siendo los más caracterizados Buñuel, S. Dalí, J.Miró, J. V. Foie, J. Larrea, R. Gómez de la Serna.




El Creacionismo

Vicente Huidobro fue creador del movimiento llamado "Creacionismo" y lo hizo pensando en la idea de alejarse de la realidad y de la vida. Esto lo logró con sus poemas que en cierto modo se escapaban de la realidad pero que luego volvían a ella. Entonces hubo un cambio en la forma de crear poesía, teniendo como objetivo echar a volar la imaginación pero siempre poniendo límites.

A comienzos del siglo XX en el creacionismo hubo un gran cambio en el arte con respecto a lo que ya había, debido a que se empezaron a crear cosas diferentes que obligaban al artista a basarse en la abstracción.

El hecho que llevó a crear este movimiento, fue el haberse dado cuenta que en ese momento los artistas sólo estaban imitando lo que ya había y que además lo encontraban bien, pero nunca pensaron en que ellos también podían crear otras realidades que las que los rodeaba.

Gracias al creacionismo entonces comienzan a darse cuenta que se podían crear poemas con un estilo propio e individual, estilos que no se confunden con la forma tradicional de hacer poesía.

Para lograr todo esto, Huidobro se aleja de lo que es normal en la naturaleza. Entonces decide no imitarla, es por eso que este creador no pide que el poeta cante a la lluvia sino que el poeta haga llover. A partir de esto se consigue una poesía diferente.

Este poeta con su pensamiento no sólo influye en la poesía sino también lo hace en la pintura, la música, las artes plásticas, el cine y toda clase de creación artística.



El Ultraísmo


Movimiento poético de vanguardia surgido de las tertulias que iniciara Rafael Cansinos-Assens en el café colonial de Madrid a finales de 1918 y como reacción contra el amaneramiento de los seguidores del modernismo de Rubén Darío.

Así lo explica un ultraísta como Guillermo de torre: como una violenta reacción contra la era del rubenianismo agonizante y toda su anexa de cantores fáciles que habían llegado a formar un genero híbrido y confuso, especie de bisutería poética, producto de feria para las revistas burguesas. Opinión semejante tiene Jorge Luis Borges, quien, no obstante, acabara renegando de sus orígenes ultraístas.

Fue importante en su gestación, además, el paso del poeta chileno Vicente Huidobro y su defensa del creacionismo. El movimiento se difundió a través de varias revistas, entre las que se encuentran Los Quijote, Grecia, Cervantes, Ultra, cosmópolis, Horizontes, Vértices, entre otras. Además de los antecedentes españoles, entre los que se mencionan a Ramón Gómez de la Sema y Juan Ramón Jiménez, es importante destacar la relación del ultraísmo con los movimientos coetáneos de vanguardia: el futurismo, el cubismo, el dadaísmo.

Son sus rasgos fundamentales: la condensación metafórica, la eliminación de nexos inútiles, el avance de la “imagen refleja o simple”, según los comentarios de Gerardo Diego, hacia la “imagen múltiple” que supone la identificación más plena entre poesía y música, el valor plástico de la disposición tipográfica, herencia directa de los caligramas de Apollinare. Los poetas ultraístas más notorios fueron, además de los ya citados: Juan Larrea, Pedro Garfias, Adriano del Valle, Eugenio Montes, José Rivas Panedas, Rafael Lasso de la Vega, Isaac Vando-Villar, entre otros. El movimiento quedo disuelto al dejar de publicarse públicamente la revista Ultra en la primavera de 1922.




Parnasianismo


El parnasianismo fue un movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX (ca. 1870) creado como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el socialismo artístico. Los fundadores de este movimiento fueron Théophile Gautier (1811-1872) y Leconte de Lisle (1818-1894).

La palabra es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde estaban las musas inspiradoras, que eran diosas menores.

Con respecto al parnasianismo francés, se formó en el año 1871 con motivo de la publicación de tres antologías poéticas tituladas El Parnaso contemporáneo. Figuraban allí poemas de Théophile Gautier, Leconte de Lisle, José María de Heredia, Théodore de Banville, Sully Prudhomme, Catulle Mendès y Albert Mérat, a los que se les agregaban nombres de otros poetas que la historia del arte no clasificaría como parnasianos, entre ellos Charles Baudelaire.

El parnasianismo surge como una antítesis del romanticismo y esta oposición tiene como causa lo que los parnasianos consideraban sus «excesos»; exceso de subjetivismo, hipertrofia del yo —crecimiento excesivo y anormal—, exceso de sentimiento. De allí que los parnasianos preconizaran una poesía despersonalizada, alejada de los propios sentimientos y con temas que tuvieran que ver con el arte, temas de por si sugerentes, bellos, exóticos, con una marcada preferencia por la antigüedad clásica, especialmente la griega, y por el lejano Oriente.

En lo referido al estilo, los parnasianos cuidaban mucho la forma. Continente y contenido debían marchar de acuerdo. De esta manera, si los románticos demostraron una preocupación por los sentimientos, los parnasianos lo hicieron por la belleza.

El lema del parnasianismo era «el arte por el arte», arte visto como forma y no como contenido, disociado del compromiso social.

Las características del parnasianismo son muchas. Entre ellas podemos encontrar que representa una reacción contra el subjetivismo poético y un desprecio contra la emoción poética. El escritor parnasianista busca la perfección mediante una poesía descriptiva.

El parnasianismo francés tuvo una influencia decisiva en la corriente literaria latinoamericana del modernismo, siendo su principal exponente el poeta nicaragüense Rubén Darío.



Existencialismo

El existencialismo es una corriente filosófica que persigue el conocimiento de la realidad a través de la experiencia inmediata de la propia existencia. De todas formas, no se ha desarrollado una teoría precisa o exacta que defina claramente este concepto.

Lo que está claro es que este movimiento de la filosofía destaca al ser humano individual como creador del significado de su vida. La temporalidad del sujeto, su existencia concreta en el mundo, es aquello que constituye al ser y no una supuesta esencia más abstracta.

Los existencialistas no creen que el individuo sea una parte de un todo, sino que cada ser humano es una integridad libre por sí misma. La existencia propia de una persona es lo que define su esencia y no una condición humana general.

En otras palabras, el ser humano existe desde que es capaz de generar cualquier tipo de pensamiento. El pensamiento hace que la persona sea libre: sin libertad, no hay existencia.

Esta misma libertad convierte al individuo en un ser responsable de sus actos. Hay, por lo tanto, una ética de la responsabilidad individual. La persona debe hacerse cargo de los actos que realiza en el ejercicio de su libertad.

Surgimiento de este pensamiento


Este término fue el resultado de un intenso trabajo filosófico desarrollado entre los siglos XIX y XX; en una búsqueda clara de la razón de la existencia a partir de la individualidad, las emociones, las acciones y la responsabilidad de cada individuo.

Se considera como padre del existencialismo al filósofo Soren Kierkegaard. Fue él quien determinó que cada individuo es quien debe encontrarle un sentido a su existencia. Y agregó que la mayor responsabilidad del ser humano radica en vivir su propia vida de forma pasional y sincera, pese a los mil obstáculos que puedan presentarse.

De todas formas, el término no se acuñó hasta la década del 40 y quienes lo hicieron fueron los franceses Jean-Paul Sartre (1905-1980) y Albert Camus (1913-1960). Considerados hoy como los máximos exponentes del existencialismo.

Según lo explicó el propio Sartre el existencialismo es una forma humana de entender la existencia. Posteriormente, se incluyó dentro de esta ideología a pensadores de épocas anteriores como Hedegger, Nietzche o el propio Kierkegaard.

Esta corriente puede dividirse en diversas escuelas; entre las mismas podemos destacar: el existencialismo teísta (reflexiona sobre la existencia de Dios y el Espíritu), el existencialismo ateo (niega lo divino) y el existencialismo agnóstico (considera que la existencia de Dios es irrelevante para la existencia humana).

El existencialismo en la literatura

En la literatura seguramente los máximos aliados de esta línea de pensamiento fueron Fiódor Dostoyevski y Franz Kafka.

Entre las obras de Dostoyevski podríamos mencionar “Memorias del subsuelo” como un claro tratado existencialista. En la misma se presenta la vida de un hombre que se siente fuera de su grupo, incapaz de encajar en la sociedad y de encontrarle sentido a su existencia. Otra obra de este autor que podría nominarse como existencialista es “Crimen y castigo”.

En la obra de Kafka también existen varios personajes que permiten ubicar la ideología de este autor cerca de la de Dostoyevski. La mayoría de ellos son seres surrealistas y desesperados que no encuentran sentido al respirar de cada día y que viven condenados a un sistema absurdo que les reprime y no les permite ser felices. Sus novelas fundamentales “La Metamorfosis” y “El proceso” son consideradas dos obras magnas dentro de la literatura existencialista


Movimientos de Vanguardia en Latino américa

En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica.
El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano.
De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de polémica inserción en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural.
Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914, esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas.
Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica.
Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX.
El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.




El vanguardismo es un movimiento Literario que dio origen a diferentes “ismos”. Su principal característica es que buscaban romper con la tradición estética anterior: como el realismo, naturalismo o simbolismo.

Futurismo

Origen: Nace en Italia en 1910

El creador del término fue Philippo Tomasso Marinetti al crear el primer manifiesto futurista.
Características
Concepción dinámica de la vida, postulando valores como el coraje, la audacia, la energía, la temeridad al riesgo.
Carácter agresivo y dinámico
Temas: La modernidad, la adoración a la máquina entendida como un instrumento multiplicador de lo humano, la guerra.
Carácter Formal: Rechaza la monotonía habitual de los libros impresos y propician una presentación pictórica de la página (Diferencia de colores, tipos de letras)
Exponentes
Literatura: Vladimir Maiakovski, Humberto Boccioni
Pintura: Luigi Russolo, Gini Severini, Carlo Carrà
Dadaísmo

Origen: Nace en Zurich, Suecia en 1916

El término fue elegido por Tristan Tzara y no significa nada en específico, ya que fue elegido al azar desde un diccionario.
Características
Nace como rechazo a la guerra
Buscan destruir el sistema de valores volviendo a lo inicial: a lo infantil
Pretende destruir la función lógica y semántica del lenguaje
Predominan las contradicciones, las situaciones ilógicas, las asociaciones sin sentido.
Exponentes
Literatura: Hugo Ball, Tristan Tzara, Marcel Janco.
Pintura: Marcel Duchamp.
Expresionismo

Origen: Nace en Alemania, en 1905.

El termino será acuñado Julien-Auguste Hervé unos años después
Características
Surge como reacción al academismo del siglo anterior
Valora la subjetividad del artista y busca la representación de la realidad mediante la visión subjetiva de cada persona.
Exponentes
Literatura: Franz Kafka, August Strindberg
Pintura: Edvard Münch
Música: Gustav Mahler
Cubismo

Origen: Surge en París en 1908.

El término se le atribuye a Henry Matize porque lo usa por primera vez, pero Apollinaire acuñó el término en su obra llamada “Los pintores cubistas”.
Características
Descomposición y recomposición de la realidad en diferentes figuras geométricas con el fin de obtener la realidad de todos los planos y ángulos posibles
En el cubismo analítico predominan los colores mas opacos como el ocre. Mientras en el cubismo sintético predominan los colores fuertes como el rojo o el azul.
En la literatura, existe la simultaneidad de percepciones, recuerdos, conversaciones, etc.
Técnicas: Collage y caligramas
Exponentes
Literatura: Apollinaire
Pintura: Pablo Picasso, Jean braque, Juan gris
Surrealismo

Origen: Surge en París en 1924.

El término lo crea André Bretón en el primero manifiesto surrealista.
Características
Busca desentrañar el sentido último de la realidad.
Quiere revelar la función real del pensamiento al margen de la razón por medio de la “escritura automática“
Reivindicación del subconsciente y de los sueños
Atacan al racionalismo y a lo lógico y privilegia la inspiración y la intuición
El arte se percibe como un instrumento valido para un cambio revolucionario
Técnicas: Escritura automática, transcripción de sueños, simulación de delirios, cadáver exquisito, caligrama
Temas: Mujer ideal, el azar, el juego, el inconsciente, humor negro
Exponentes
Pintura: Salvador Dalih, Roberto Matta,
Cine: Luis Buñuel
Literatura: Julio Cortázar, Octavio Paz
Creacionismo

Origen: Surge en Paris, durante la segunda década del siglo XX. Su creador es Vicente Huidobro, quién publica un manifiesto
Características
Esencialmente poético
Pretendía hacer de la poesía un elemento de creación absoluta que encuentra su significado en sí mismo.
Rechazaba lo anegdótico y lo descriptivo. Ya que la función del poeta no es de imitar.
Técnicas: Neologismos (Palabras nuevas creadas por el autor carente de sentido), metáforas
Exponentes
Vicente Garcia Huidobro, Gerardo Diego
Existencialismo

Origen: Surge como respuesta de la primera Guerra mundial y se afianza después de la segunda guerra mundial.
Características
Basa su análisis en el sentido de la existencia humana y en lo absurdo de la muerte.
Tono sombrío y desolado
Se presentan situaciones angustiosas con sorprendente sinceridad
Los valores tradicionales como el amor o al fe ya no existen.
Temas: Lo absurdo de la existencia del hombre, el suicidio como solución final, la angustia y la desorientación, la incomunicación, la lucha implacable contra la soledad, el anhelo de libertad.